martes, 28 de junio de 2011

Agradecimientos

Gracias por haberme seguido, por que os haya gustado, por ser pacientes.
Por todo.
Esta novela ha llegadoa  su fin, no voy a hacer segunda parte ni nada, simplemente me dedicaré a escribir en otros de mis blogs: "En algún lugar" y "El diario de Izzy"
Besos

lunes, 13 de junio de 2011

Setenta y ocho

El bautizo del niño de Ámber y Cory fue precioso.
Ámber vestía un precioso traje color turquesa que le realzaba esos ojos que tiene ella, tan bonitos que miraban al bebé que tenía en sus brazos, tranquilo y sereno, Kellan dormitaba en el cuello de su madre. Cory, por su parte llevaba un traje azul marino. Emma, un vestido ya de temporada, ceñido en la cintura, y un recogido precioso en el pelo. Owen de calle pero elegante como siempre, sujetaba la vela que le señalaba como el padrino.
La ceremonia pasó rápida y la familia y los amigos fueron a comer a un restaurante de las afueras de la ciudad.


***Pasa medio mes desde entonces***

**BORJA**

Al fin el día llegó, tenía muchísimas ganas de largarme de allí. No creía haberme portado tan mal como para tener que haber pasado tanto tiempo allí encerrado.
Me acuerdo una vez, cuando era pequeño, que Rubén se había atrevido a quitarme aquella piruleta tan grande que tía Elisa me había regalado de su viaje a Munich y cómo yo me había enfadado y levantado del césped para ir a quitársela tirándole del poco pelo que tenía por aquella entonces. Y como mis padres se habían erguido pegándome una cachetada cada uno y yendo a socorrer a Rubén.
Y ahora después de todo este mal trago, regreso a casa.

Borja se sube al autobús acompañado de otros chavales que volvían a sus casas y que quizás no volverían a pisar ese lugar nunca más.

Por el camino, Borja miraba el paisaje, los árboles empezaban a florecer, las crían de los animales corrían sin parar, otras aprendían a volar, a dar sus rimeros pasos...
Se puso los cascos y buscó en la galería de su móvil una canción en especial
"Aquí estás"-pensó. calcó la tecla de play y la canción "I miss you" de blink-182 inundó su cabeza. Y cuando ésta se acababa retrocedía esos minutos para volver a escucharla, con un solo click.
Pasaban un túnel, otro, esa larga carretera nunca se acababa, la ciudad tardaba en aparecer.
Decidió descansar, cerrar los ojos un momento para recuperarse...
-Borja, eh Borja que ya casi hemos llegado tío despierta.
-Eh, déjame-Se dio la vuelta en el asiento, pero los compañeros de alante y atrás empezaron a tocarle las anrices.
-Boooooorja, Boooooorja, despieeeeeeerta.
-Sois unos pesados.-Se incorporó en el asiento, al fin llegaban a la ciudad que él tantas ganas había tenido de observar.
La gente paseaba cómoda, hacía sol, los árboles estaban verdes y preciosos, las golondrinas volaban sin parar, los niños corrían por los parques y las aceras...
Casi había llegado a la parada donde el autobús lo dejaría para siempre.
Borja se levantó y salió al pasillo.
-¡Eh, por favor, silencio tíos!-.Todos se callaron y giraron hacia la voz-Gracias. En escasos segundos habré llegado a la parada en la que me bajaré y abandonaré este autobús para siempre. Donde volveré a casa con la gente que quiero-Todos se rieron, sabían a quien en concreto se refería-Bueno, he de deciros que esta temporada que he pasado en el Cróquelham ha sido maravillosa, dentro de lo que cabe, gracias a vosotros. Suena cursi, lo sé. Pero gracias a esta experiencia he conocido a mogollón de chicos uqe me han contado historias que jamás imaginaría. Gracias por haberme hecho sentir unos más. Os llevaré siempre conmigo.
Borja terminó y una oleada de cantos inundó el bus. Éste se frenó y Borja supo que había llegado a su destino, a casa. Recogió la mochila de mano del compartimento superior, se despidió de todos. El conductor lo ayudó a sacar la bolsa grande del porta-equipajes. Después esperó a que el autobús arrancase y todos los chavales se arimaron a la ventanilla de que daba a su lugar despidiéndose con golpes en el cristal y gritando"Eh, eh, eh, eh" una y otra vez.


Ámber y Emma con Kellan estaban paseando por el parque cercano a donde Borja se había apeado.
-Em, estaba pensando que igual si hago un módulo de hostelería este septiembre…igual puedo dejar a Kellan con mi madre por el día, bueno, y por la noche ella también me ayudaría ya que vivimos juntas y…-Emma no la escucha, se estaba fijando en otra cosa-¿Em, me estás escuchando?¿Em?-Ámber sigue la mirada de Emma hasta llegar a parar a un autobús que hay al otro lado, en la calle, en doble fila-Oh, Dios mío.
-Dime que no es la persona en la cual estoy pensando Ámber.
-Si lo es cielo-Ambas miran a un chico alto y moreno que se estaba bajando del autobús, cogiendo la bolsa de mano y sacando las maletas del maletero del auto con ayuda d el conductor. Después se echó hacia atrás y el autobús se puso en marcha, varias manos salieron del interior por una ventanilla despidiéndose de aquel chico y gritándole, no, más bien cantándole. Él empezó a caminar cruzando la calle en dirección al parque.
-Dime que es un sueño, por favor-Dijo, su voz se empezó a quebrar y sus ojos se empañaron.
Borja camina sin percatarse de esos dos pares de ojos que están posados en él.
-Emma, trae más maletas que la última vez ¿no crees?-Después se gira y la mira, su amiga está paralizada y no le quita el ojo a Borja-Vamos, ve, yo estaré por aquí…Corre.
Entonces Emma duda, da un paso lento hacia adelante, dos, y gana velocidad, y corre y corre en dirección al chico y Borja gira la cabeza cotilleando a ver quien es esa loca que va corriendo en su dirección, y la ve, pero no le da tiempo a prepararse y caen al suelo, bajo los primeros árboles adornados de la primavera y la gente pasa despacio a su lado y los miran allí tirados, y miran como ella está encima y las maletas por el suelo, y como se besan y se abrazan sin levantarse y se ríen, y ella llora, llora de auténtica FELICIDAD. Él se levanta y tira de ella, le acaricia la cara, y la besa con amor y cariño. “ya se me había olvidado como eran esos besos fríos” recuerda ella.
Y él la abraza y la levanta y giran y giran y giran... Y por fin el mundo es como ella había esperado. Como ambos lo habían planeado. Juntos para siempre. Siempre.
**********************************************************************************
Calderón de la Barca dijo una vez: Cuando el amor no es locura, no es amor.

Y en esta historia, hay mucha locura ;)

Gracias por haberme seguido

viernes, 10 de junio de 2011

Sesenta y siete

Emma estaba sentada en la cama con el llavero de Borja en sus manos y la última carta.
“Ojala vengas por Navidad”
El ruido de una moto suena cerca.
“Ese ruido sordo, es una moto…La yamaha es inconfundible. No puede ser él, no”
Bajó las escaleras a toda prisa, al llegar al piso de abajo se relajó un poco por si no era él. La moto daba acelerones. Emma cogió su chaqueta y sigilosamente salió a la calle. Un motorista estaba aparcado delante de su casa. Ya estaba oscureciendo. Él se bajó de la moto y se quitó el casco dejándolo posado en el sillín. Movió la cabeza sensualmente con gesto rápido para colocar su cabello. Miró hacia donde estaba Emma y le sonrió. Emma empezó a llorar pero no se puedo mover, la emoción la paralizó. Se llevó una mano a la boca. Borja corrió hasta donde estaba ella y la obligó a levantar la cabeza y a mirarlo a los ojos.
Ninguna palabra.
Un te quiero en cada mirada. Un abrazo largo seguido por besos fríos bajo los copos que los bañaban.
Borja la cogió por la cintura girando en redondo. Emma se empezó a reír. Cayeron al césped y empezaron a rodar. Solo se oían risas en ese momento. Otro beso y abrazos fuertes. Ella se tumba y él a su lado, con medio cuerpo encima de ella.
-Te quiero enana-Le susurró al oído mientras le acariciaba la cara y le apartaba un mechón de pelo rebelde.
-Y yo a ti.

Entraron en la casa. La familia de Emma lo recibió muy bien.
-¿A dónde vais?
-Saldremos con tus abuelos a tomar algo. Te quedas sola ¿vale?
-Vale.
-Cuidadito con lo que haces Emma Philips, ya ves lo que le pasó a Ámber-Le guiña un ojo y se van todos.
Después Emma va al baño y trae dos toallas pequeñas para secarse un poco, suben al ático.
-¿Qué le pasó a Ámber?
-Te has perdido mucho. ¿Qué quieres hacer antes, “noche” o charla?-Levanta una ceja y muestra una sonrisa pícara.
-Qué mejor recibimiento que una “noche”-Emma cierra la puerta con pestillo por si vuelven antes de tiempo, apaga las luces, pone música como la última vez. De su bolsillo saca un sobrecito cuadrado que había cogido cuando fue al baño y la noche comienza con besos y caricias que ponen la piel de gallina, el suelo se llena de ropa arrugada y el sofá se convierte en un lugar cómodo y cálido en el que dos cuerpos se fusionan formando uno solo. La temperatura aumenta y el sudor brota de sus cuerpos, al igual que el placer. Las ganas de más crecen y pasada la hora todo se acaba, el gusto ha llegado, los cuerpos se paran y el ritmo cardíaco disminuye poco a poco. Ella acaricia su cuerpo, él su espalda mientras miran a cualquier sitio con la mirada perdida.
-Te echaba de menos.
-Y yo. Te amo-Los besos vuelven.


Después de un largo rato de relajación empiezan a hablar. Emma le cuenta el día en que se unió a la pandilla de Rubén, lo cual no le gustó mucho, su comienzo en el Snt. Liferland, lo de Cory y Ámber. Lo que no mencionó fue el beso de Owen, los moratones que le provocaron Nicole y Rubén y a Sergi. Poca cosa.
Después Borja le habló del centro Crókelham, de su amistad con Hugo y Rufo y del tipo de gente que había allí.
-No te puedes ni imaginar lo mal que lo pasé, te eché muchísimo de menos.
-Oh, pobrecito-Emma empieza a besarlo cuello arriba, un mordisquito en la oreja. Lo abraza con dulzura, le besa los labios, la mejilla, el cuello…baja lentamente por su cuerpo. La ola de calor aflora de nuevo y las ganas de más también.

Sesenta y seis

-¡Mamá, mamá, mamá!
-¿Qué pasa Marta?-Preguntó Alicia mientras salía de la cocina limpiándose las manos, al llegar al pasillo miró a la niña. Estaba acompañada de un chico.
-Borja…-Él se adelantó cerrando la puerta yendo a abrazarla-Hijo…-La madre empieza a llorar. Él también.
-Mamá, ¿qué tal? ¿estáis todos bien?
-Oh, Borja, cómo te he echado de menos. Ven pasa, te estoy haciendo tu pastel preferido. Una carta llegó avisando de que vendrías por Navidades durante dos semanas.
-Así es-Posó sus cosas en el salón y entró a la cocina.
-Ten-Le ofreció un trocito del pastel de nueces y avellanas-¿Café?
-Sí, por favor.
Pasa la tarde, charlan de todo un poco.
Rubén aparece saludándolo con unas palmaditas en la espalda.
-Hombre, has vuelto.
-Pues sí.
-Mamá me voy, he quedado con Nicole.
-Bien hijo.
-¿Estás saliendo con Nicole?
-No, pero me he rendido, Emma es toda tuya, leí el aviso de la carta-Se ríe-Y Nicole y yo hemos trabado mejor amistad-Habla en susurros, su madre no se entera de nada.
-Me alegro.

Rubén sale por al puerta.
Marta juega con sus muñecas en el pasillo.
 Oscar aparece por la puerta de la cocina mirando unas hojas que tiene en la mano sin percatarse de la presencia de Borja, creyendo que se trata de Rubén.
-Alicia, tenemos que comprar los regalos-Dice en voz baja para que la pequeña no los descubra-¿Ha llegado algo de Borja?-Sigue mirando los papeles-Tendremos que ir a verlo si él no viene ¿no crees?
-Oscar…
-Hola papá.
Oscar se pone tenso y se gira para verlo. No dice nada. Borja se levanta y va a abrazarlo, una lágrima pequeña resbala por la cara de su padre.
Alicia contempla la escena.
-Borja, Emma viene cada semana para ver si hay noticias tuyas, y como estos meses no has mandado carta, le he dicho que no sabíamos nada…
-Si me disculpáis voy a verla.
-Claro hijo cómo no-Su padre lo suelta y sigue a lo suyo- Ah Borja, bienvenido a casa.
-Gracias papá.
Borja sale por la puerta con las llaves de la moto, entra en el garaje, se pone el casco y arranca la moto.
Está empezando a nevar más fuerte.

Sesenta y cinco

-HA LLEGADO EL DÍA, EL DÍA MARAVILLOSO, DE VOLVER A CASA, A CASA MARAVILLOSA, Y VER A LA FAMILIA, FAMILIA MARAVILLOSA.
-Hugo, estás loco ¿ya lo sabías no?-Borja se pone su chupa de cuero y las Ray Ban en la cabeza, recoge su maleta y sale por al puerta-Venga vámonos, habitación hasta dentro de dos semanas.
-¡¡Allá vamos!!
En la puerta del centro recogen sus teléfonos, y el resto de “tecnologías” y suben al autobús que les llevará de nuevo a casa. Un último vistazo y el autobús arranca.

***
-Mamá, el correo.
-Ahora voy Rubén-Llega a la salita, lo mira pasando una tras otra, nada importante, la última le llama la atención. La abre-Es de tu hermano.
-Mamá, mamá, ¿viene Borja?-Marta tira de la camiseta de la madre hacia ella para llamar su atención.
-Si cielo, Borja vuelve durante dos semanas-Le sonríe-Vamos hay que limpiar su cuarto.
Rubén pone mala cara y sube de mala gana a limpiar la habitación en la que ahora abundaban alguna que otra caja y polvo, mucho polvo.

“Mierda, yo que esperaba que no volviera nunca, que se pudriera por allá adelante, que me dejara vivir la vida como Dios manda, sin interrupciones por presencias no deseadas como es la suya. Y ahora mi madre me manda limpiar SU cuarto el cual va a utilizar solo dos míseras semanas supuestamente según dice la carta. Y para colmo está lleno de mierda, anda que no ha podido limpiarlo ella como hace con el resto de la casa. No, ha preferido mantenerlo cerrado hasta hoy”
Abre la ventana, vacía las estanterías, su madre lo ayuda. Después de un largo rato limpiando la habitación está habitable otra vez.
Alicia baja a la cocina y empieza a vaciar los armarios en busca de los ingredientes de ese pastel tan especial que le gusta a su hijo el mayor. Mientras, tararea una canción que no se sabe pero que suena en ese momento en la radio.

Pasan las horas.
Marta salió afuera con sus botas de agua y un carricoche de juguete, algún que otro copo de nieve empezó a caer. Un joven apuesto estaba enfrente de la casa, es moreno y alto. Llevaba una mochila grande a la espalda y otra bolsa en la mano izquierda.
El pelo se lo recordaba más corto y rizado, pero ahora lo tenía un poco más largo, no le quedaba mal. Se quitó las gafas y las colocó en la cabeza mientras esbozaba una amplia sonrisa y empezaba a caminar por el sendero de piedra que daba al porche de la casa en frente de la niña. Ésta gritó su nombre en alto y echó a correr hacia él dejando el carricoche abandonado en el césped. Él soltó la bolsa y se inclinó hacia delante. La niña saltó a sus brazos.

Sesenta y cuatro

-Anda mujer, que fijo que te sirvo para algo.
-Vale, está bien.
Salieron del café, cruzaron la calle y entraron en una tiendecita de joyas.
-Ven mira esta pulsera, es genial, a tu madre le encantará, ya verás.
-Es un poco cara ¿no?
-Para la jefa de la casa es genial.
La pulsera era de plata con unas perlitas brillantes reunidas en un círculo, y con un enganche sencillo.
-Vamos, tu madre lista, ¿ahora?
-Mi hermano. ¿Qué tal un escales Tri?
-Mira que eres mala para los regalos eh, un videojuego. ¿Tiene play verdad?
-Obviamente que sí.
-Vale, vamos a Games y preguntamos que es lo más recomendado.

Las siete de la tarde y Yolanda con su pulsera, Adri con su juego de la play, Juan con su reloj viceroy, Ámber con una gabardina lila preciosa, para los abuelos a ella un collar y para él un jersey y para Borja otro reloj.

-Gracias Sergi, no sé como agradecértelo, en dos horas todo listo, las manos llenas y la cartera vacía-Se ríe en medio de la calle.
-De nada. Me voy, he de hacer…cosas. Ya nos veremos-Se despide con la mano en alto y desaparece calle arriba.


-¡Mamá ya estoy en casa!
-Em, mira quienes han venido.
-¡Abuelos! ¿Qué tal?
-Muy bien cielin. Emma, no revuelvas el bolso que hasta el 25 no hay nada.
-Anda abu, dámelo ya-La abraza y besa.
-No.
-Vale-Pone morritos y se cruza de brazos.
-Em, ¿cómo lo lleva Ámber?
-Ah sí, bien, con vómitos continuos y dolores, es un poco rebelde con sus patadas-Se ríe-¿Sabes? Me ha pedido que sea la madrina. Ambos están de acuerdo.
-Mientras que seas responsable y pongas de tu hucha el dinero de pascua…todo tuyo.
-Genial. No saben que va a ser pero dudan en ponerle Walter, Kellan o Megan.
-Son guapos los tres.
-Ya le decía yo que si fueran trillizos arreglado. Por cierto, dentro de tres días la voy a acompañar a la revisión. ¿Puedo verdad?
-Pues claro-La madre se percata de lo cargada que llega su hija-Cambiando de tema ¿Todo eso?
-Navidad mamá, Navidad.

Sesenta y tres

-Bien, supongo. Y cuento que también me voy, tengo que hacer compras de última hora.
-Ya…¿puedo ir contigo?
-No.
-¿Por qué?
-No quiero ser borde, ¿pero te das cuenta que te tiro indirectas de que no me caes bien?
-Ya te caeré mejor una vez que me conozcas.
-Olvídate.
-Vamos Emma, hago todo lo posible para caerte bien, ya no sé que hacer.
-Haber dime, ¿por qué te empeñas tanto en ser mi amigo? Hay más chicas, no creo que tengas dificultades con tu…físico.
-Haber…eres guapa, agradable con los demás, estudiosa, encantadora, trabajadora, y un largo etc.
-No intentes ligar conmigo.
-No lo hago-Se apoya en la mesa con los brazos y se inclina hacia delante, dibuja una sonrisa pícara en su boca.
-Arg, quien sabe, igual con el tiempo me llegues a caer bien, pero con mucho tiempo por el medio.
-Háblame de ti.
-Tu primero, ¿de dónde eres?
-España, viví hasta los cinco años en Italia, de donde es mi padre y después me mudé a España, de donde es mi madre.
-¿Por qué te mudaste a aquí?
-Ganas de conocer mundo, supongo.
-Yo me mudé de concejo nada más, llevo aquí desde…
-Principios de verano.
-Ss…ii-Bebe un poco de chocolate-Lo ves, estas cosas son las que me ponen nerviosa, lo adivinas, es como si me leyeses la mente antes de que lo diga, o como si me estuvieras espiando desde que llegué.
-Lo sé, tengo mis…contactos por así decirlo.
-Joder…¿Y tienes hermanos?
-Una gemela, Penny, es muy parecida a mi, de pelo rubio y a media espalda, delgada, muy delgada y de ojos verdes, más oscuros que los míos. ¿Y tú?
-Un hermano de catorce años, gordito moreno…normalito.
-¿Amigos, muchos?
-Sí, muchísimos de ellos los dejé en mi otra ciudad, ahora tengo otros.
-Yo los dejé todos en España. De los de Italia ya ni me acuerdo.
-Bueno, Sergio…
-Llámame Sergi, lo prefiero más.
-Sergi, tengo que irme, enserio, tengo que comprar cosas, para Ámber, mi familia, mi novio…etc-Recoge sus cosas se viste y va hacia la barra.
-Tranquila ,invito yo.
-Oh, no tienes por qué es lo mío y lo de Ámber…
-Da igual. Te acompaño, ¿te importa?
-Gracias, y no, que hayamos hablado no quiere decir que te tenga confianza.

Sesenta y dos

(En una cafetería)***
-¿Te encuentras bien, Emma?-Ámber se quitó la chaqueta y la bufanda, después los guantes.
-No-Da un pequeño sorbo a su chocolate. ”Quema”
-Cuéntame amiga, no creo que sea peor que lo mío- Se ríe mientras da unos pequeños y suaves golpecitos en su barriga.
-Es…Borja, no me ha mandado ninguna carta más desde mi cumpleaños-Desvió la mirada.
-¿Qué te decía en ella?
-Bueno, que me echaba de menos, me daba las felicidades, que ahora por Navidad igual volvía… Y me dio esto, ¿no te lo enseñé?-Saca del bolso de su gabardina el llavero de madera.
-Oh, que tierno.
-Lo talló él.
-Volverá Em, no te preocupes, volverá-Pega un saltito en el sitio-Estate quieto ¿quieres?-Le dice a la barriga en susurros mientras la acaricia en círculos.
-Ojala. ¿Ya sabes que va a ser? ¿Cómo lo/la vas a llamar? ¿Quién será su padrino y su madrina? Ámber, jo, no me cuentas nada-Pone morritos y Ámber se ríe.
-Calla mujer. Lo que será aun no lo sé, tengo revisión dentro de tres días…El nombre, si es chico Cory quiere Kellan, yo Walter y si es niña coincidimos en Megan.
-Que bonitos, me gustan los tres, la verdad, ya podían ser trillizos así no os tendríais que pelear por el de chico, o gemelos niño-Se ríe a carcajadas.
-Hay no digas estupideces Emma, uno ya es suficiente, ¿quieres venir a la ecografía? Cory no puede, vendrá Lily también.
-Genial, sabes que sí-Se inclina y la abraza-y que cuentas conmigo para lo que sea.
-Lo sé-Esboza una gran sonrisa.
-¿Y ahora que te pasa?
-Cory y yo hemos estado hablando que quizás quieras ser tú la madrina.
-¿Qué? Dios no me lo creo ¿enserio? ÁMBER pues claro que sí-Se echa a reír más fuerte aun que antes-Lo ves, no te librarás tan fácilmente de mí.
-Ahora falta el padrino, eso ya es cosa de Cory. Lo sé, eres una pegatina guapa.
Alguien entra por la puerta, Ámber lo mira.
-¿Y ese tío?-La boca se le abre. Emma se gira.
-No puede ser, en definitiva, me persigue. Tu sustituto en clase.
-¿Ése es del que me hablaste ayer, el tal Sergi?
-Sergio, y si.
-Sergi, da igual, wow, es…guapísimo. Em, está saludando. Que viene.
-Hola Emma, ¿qué tal?-Mira a Ámber- Vaya ¿y esta chica tan bonita?
-Hola-Dijo seca-Esta es Ámber, y está BIEN pillada-Señala el bombo de la otra.
-Oh, felicidades Ámber, y encantado. He de suponer que yo soy…tu quita sitio en clase ¿no?
-En efecto querido Watson-Se ríe- Lo mismo digo-Mira su reloj y empieza a ponerse sus prendas-Tengo que irme.
-¿Qué, a dónde, por qué?-Le dirige una mirada de odio profundo.
-A casa…las patadas…-Ya hablaremos por tuenti, o por el teléfono o por donde sea- Le da un beso en la mejilla y se va marcha a tras mientras vocaliza-Te quiero.
-Bueno, y ¿qué cuentas? ¿qué tal tu novio?
“Puto espía ¬¬”

Sesenta y uno

-Borja ya quedan dos días. ¿Crees que el director te dejará volver a casa?
-Por la cuenta que me trae…si.
-Eso espero, tu comportamiento ha sido el mejor.
-Aun no entiendo por qué estoy aquí, cómo me han admitido si...mis peleas eran chiquilladas.
-Si, tienes razón...necesitarán dinero.
-¿Y tú?
-Yo…tengo ganas de ver a mi hermana y a mi madre. El Señor Shalom me lo ha prometido, después de todo el tiempo que llevo aquí adentro.
Unos pequeños golpes sonaron en la puerta cuando Hugo paró de hablar.
-¿Quién es?
-Rufo, abridme-Borja le abrió, Rufo entró rápido y cerró tras él.
-Me voy-una sonrisa se dibujó en su cara.
-¿A dónde?
-A mi casa.
-¿Por Navidad?
-Si, y para siempre, no volveré a este antro. Tíos por fin voy a volver a casa con mi familia-Se abrazaron uno primero y luego el otro.
-Enhorabuena, espero estar en contacto contigo, ha sido fenomenal esta temporada.
-Lo mismo digo Borja, Huguito, a ti si que te echaré de menos-Le dio un pequeño golpe en el pecho.
La campana sonó, era la llamada para ir al salón de actos, allí les dirían quienes se marcharían por Navidad, para siempre, o los que se quedarían y no verían a sus familias.
-Vamos, no vaya a ser que el Señor Boots nos castigue.

El salón estaba lleno de alumnos. Tres profesores se alzaban derechos como velas en la tarima, Tina también asistía a la charla. Les saludó con un guiño cuando los tres chicos entraron. Incluso las cocineras y los limpiadores estaban presentes.
 El director empezó a hablar una vez sentado todo el mundo. Empezó a nombrar a la gente del primer grupo, los que se quedarían sin salir de allí. Después el segundo grupo, los que no volverían a ver más el centro Crókelham (en el que se encontraba Rufo) y por último el tercero, los que saldrían por Navidades y los cuales volverían al acabarse las fiestas (allí estaban Hugo y Borja, entre otros).
La charla acabó y los alumnos volvieron a sus respectivos cuartos. El señor Boots fue tras ellos y les mandó a los del segundo y tercer grupo que hiciesen sus maletas.
Hugo y Borja estaban felices.
La radio emitió el temporal de los próximos días. Una Navidad blanca era lo que les esperaba, una Navidad de ensueño y supuesta alegría.
-Borja, no te olvides del collar que le has hecho a…Emma ¿no?
-¡Ah, ostia es verdad! Por pocas me lo olvido-Lo metió en la maleta enrollado en periódico, la dejó abierta. Aun quedaba el día de mañana el cual dedicarían a decorar el centro.
Borja se tumbó boca arriba en la cama, con los brazos tras la cabeza.
“Emma, por fin te volveré a ver”

sábado, 4 de junio de 2011

Sesenta

Tres semanas habían pasado ya desde la confesión del embarazo de Ámber. Los padres se habían asustado y la habían llevado a un ginecólogo para ver si era cierto. Estaba de dos meses y la tripa se le estaba empezando a marcar. Los padres habían acepado la decisión de su hija menor, la de tener al bebé, y a Cory en la familia. Los padres de él, por el contrario, su padre el más enfurecido, lo habían echado de casa y este había empezado a vivir con sus abuelos y a trabajar por la tarde en una tienda de música.


Emma entró en clase una mañana, apurada como estos últimos días. La clase ya estaba empezada.
-Buenos días señor Pool, siento el retraso.
-Siéntese señorita Philips-Emma fue directa a su sitio.
La puerta sonó tras su entrada. Un alumno nuevo interrumpía de nuevo la clase.
-Hola, ¿tú debes de ser el alumno nuevo no es cierto?
-Sí señor.
-Sergio Tsinouli Greco, si no me equivoco.
-En efecto.
-Siéntate al lado de la señorita Philips por favor, apartir de ahora será tu asiento.
-Pero...señor Pool, ¿y Ámber?-Emma se quejó levantando las manos.
-Hmm, lo siento mucho por ella, que hubiera asistido hoy-Emma puso mala cara y tiró su libro fuertemente sobre la mesa, después miró como el chico el cual respondía al nombre de Sergio se acercaba a su mesa.
Era alto, rubio, de pelo medianamente largo…parecido al largo de Rubén, se quitó sus Ray Ban por lo que pudo ver sus ojos verdes esmeralda que invitaban a perderse en ellos a cualquiera que los osase mirar. Por su barba de tres días más o menos, le echaba la edad de Borja. Su altura era considerable, su cuerpo musculoso, obligaba a mirarlo de arriba abajo. Su sonrisa encantadora y grande. Vestía con una camisa azul y vaqueros negros ajustados, en sus pies unas vans normales, en la cabeza un gorro rojo, el cual no le pegaba nada.
De nuevo esa sensación rara la inundó cuando Sergio se sentó a su lado.
“No puede ser, es el chico de ayer en la marquesina del bus”
-Hola-Le estrecha la mano-Soy Sergi, encantado.
-Yo Emma- Siempre es un placer hacer nuevas amistades-Se puso roja como un tomate. “El calor, es solo el calor que hace aquí, si, solo eso”
-Bueno…-Empezó a reírse.
-¿Qué?
-Nada mujer.
-Y bien ¿cuántos años tienes?
-Diecinueve. Se lo que estás pensando, y sí, repetí cuarto.
-Ah, pues yo no, tengo diecisiete ya.
-Eres de por aquí ¿no?
-Sí…a dos manzanas.
-Cerca del lago.
-Si…¿cómo lo sabes?-Emma se quedó anonadada.
-Te vi hace unos meses, de noche…no creo que hayas cambiado tanto para que me equivoque de persona.
“Dios, no me lo creo, el día aquel en que Borja y yo…cuando estaba en el porche…Dios, él me espiaba…No, es imposible”
-Por cierto, me encanta tu perro, ¿Gran Danés verdad?
-Sss…i…-Emma se puso nerviosa y frunció el ceño.
“¿Me espía o qué?”
-Tus amigos tienen pinta de ser geniales.
-¿Los conoces?
-No
-¿Entonces…me espías o qué?-Se empezó a mosquear.
-Quien sabe…-Esbozó una sonrisa pícara, se acercó a ella, como si solo estuviesen ellos en clase-¿Me dejarías?
-No, ¿Quién te crees que eres?
-¡¡¡Señorita Philips, fuera de clase!!!
-Pero…
-Nada de peros, largo.
Emma miró de mala gana a Sergio, recogió sus cosas y salió de clase.
-¿Ámber? Soy Em, necesito hablar contigo, desahogarme-Pasó el resto de la clase hablando con Ámber por el teléfono en el patio del centro.
-Por lo que me cuentas está bueno ¿no?
-Ámber, por favor, es enserio, desde que no vienes estoy sola, y ahora para colmo me toca este chulo. Te echo de menos tía.
-Lo se Em, pero la tripa crece, y me encuentro mal, no paro de vomitar, ya siento alguna que otra patadita…mi madre está loca tejiendo cosas y Cory trabaja después de clase y viene a verme…
-No te agobies sabes que puedes contar conmigo.

Cincuenta y nueve

-¡Lily ya estamos en casa!-La puerta de la calle se cerró tras la voz aguda.
Habían pasado dos horas, Lily y Emma intentaban consolar a Ámber y convencerla de que tenía que hablar con sus padres y contarles todo. Pero ella era terca y no entraba en razón.
-Mamá…¿qué hacéis aquí ya?
-Volver a casa, está lloviendo y ya empieza a hacer frío, apenas quedan dos semanas para que entre el invierno cielo.
-Ah…
-¿Qué hacías? En el ordenador de Ámber cotilleando e pillina…-Se asomó a la habitación con intención de apagar la luz-¿Ámber, qué haces en casa?-Se dio cuenta de que Emma estaba a su lado. Su madre se cruzó de brazos.
-No me encontraba bien…y, em…Emma me ha acompañado a casa.
-Si, casi se desmaya.
-Cállate-Le indica Ámber en voz baja.
-Ámber, no la mandes callar. Lo siento enana pero ha llegado el GRAN momento-Recalcó al palabra “gran” e hizo un gesto de comillas con las manos. Lily se acercó a su hermana y la cogió por los hombros-Estaré contigo, pero díselo ahora.
-Ámber, Lily…¿qué pasa?-esbozó una sonrisa-No me asustéis hijas por favor.
-Siéntate en la cama mamá, cierra la puerta, no quiero que papá se entere…aun.
-Bueno yo me voy Ámber, lo siento, pero tengo que volver a casa…ya son las tres y veinte y aun no he llegado a casa… mi madre estará..preocupada-Le dio dos besos, luego hablamos ¿vale?
Emma salió por la puerta, tras ella quedaban las tres mujeres en aquella habitación color añil. Afuera llovía a cántaros, se puso la capucha del chubasquero y corrió hasta la parada de autobús más cercana, No había gente.
Estaba sentada en la marquesina cuando notó esa extraña sensación de frío y calor a la vez, como una oleada. Era raro, aquella sensación que meses atrás había notado una noche antes de entrar en casa después de haber estado con Borja…de aquella noche mágica. Esa sensación de que alguien te observa…
Emma se puso nerviosa, empezó a mirar para todos lados. Se fijó en que un chico se estaba acercando hacia ella mirándola fijamente, despacio, de arriba abajo…
“¿Quién coño es este? Hay Dios, que viene hacia mí…no, no, no, no, lárgate, bus, llega cuanto antes”
Justo cuando el chico iba a entrar en la marquesina, el bus apareció y Emma se subió rápido. Miró por la ventanilla a aquel joven que se quedaba sentado con la cabeza gacha.
¿Quién era? ¿Qué quería?

Cincuenta y ocho

(Al día siguiente)***
-Ámber, ¿te has hecho la prueba?
-No.
-¿Pues venga tía que va a tocar en unos segundos y tenemos con la POTA.
-¡¡¡Hay cállate Emma por favor, que estoy esperando a que salga el color!!!
-Ám, ábreme ábremeeee…-Entró en el retrete, Ámber miraba como una psicópata el test de embarazo con la boca abierta, sus hombros se empezaron a convulsionar y a medida que las lágrimas le resbalaban por la cara intentaba respirar, se llevó una mano a la boca y el test se le cayó de la mano. Emma lo cogió.
-No puede ser…-La abrazó fuertemente- Tranquila, vamos tranquila, ahora mismo te vas a casa y yo contigo. Avisaré en jefatura, vamos.
Se encontraron a un par de profesores a los que les dijeron que se había dado un golpe fuerte en educación física y que necesitaba ir a casa.


Llegaron a casa de Ámber, no había nadie a excepción de su hermana de veintitrés años que esperaba ansiosamente al lado del teléfono para que la contrataran dos semanas en un hospital como pediatra.
-¿Qué coño haces aquí?
-Hola, yo soy Emma, tu..hermana no se encuentra…bien
-Pues que se vaya al hospital.
-Lily cállate ¿vale? Que no te llamen para ese estúpido trabajo no tienes por qué pagarlas conmigo.
-Oye niñata soy más adulta qué tu, MI sueldo es la tercera parte de lo que te mantiene en esta casa y no debajo de un puente.
-Arg, estaremos en mi cuarto-Caminó pasillo adelante hasta el fondo a la izquierda, Emma supuso que era su habitación.
-¿Y tú que miras?
-Lily ¿cierto?
-No, para ti Liliana-Hizo una mueca.
-Vale, emm, tu hermana no está enferma… preferiría que te lo contara ella, pero no va a querer y si se lo guarda es peor…
-¿Qué es lo que pasa?-se levantó del sillón en el que estaba encogida en posición fetal y se puso delante de Emma inquieta.
-Está…embarazada-Lily no dijo nada y corrió a la habitación, al llegar no la vio en el piso de abajo así que subió a la guardilla donde había un ordenador y un sofá con un par de estanterías. Ámber estaba recostada en la butaca mientras esperaba a que el ordenador se encendiese.
-Ámber…-Ésta levantó la cabeza asustada, esperaba que fuese Emma y no su hermana, ese comportamiento de preocupación no era normal en ella- ¿Es cierto lo que me ha dicho tu amiga?
-No-Desvió la mirada.
-Ámber siempre has mentido mal, quiero ayudarte, en decírselo a papá y mamá y en…el desarrollo y…todo-Se acercó lentamente y Ámber empezó a sollozar, Lily la abrazó. Emma contemplaba la escena desde la mitad de las escaleras de caracol.

Cincuenta y siete

-Hola chicas ¿qué tal estáis?-Cory se acercó a Emma y le dio dos besos, después fue hacia Ámber, ella empezó a llorar y se fue soltándo de Emma.
-Ámber…¿Qué le pasa Emma?-Dijo dándose la vuelta y dirigiéndose a esta.
-Tú sabrás ¿no?
-No Emma, no lo se, si lo supiera no te preguntaría.
-Ve a hablar con ella, está muy triste y confusa, te necesita, estará en los baños-Le dijo apartándolo de los demás.
Cory salió corriendo de la cafetería, al momento estaba en los baños femeninos de la tercera planta, por suerte no había ningún profesor. Entró sin hacer ruido y cerró la puerta del baño, se oía a Ámber llorar en uno de los últimos retretes.
-¿Ámber?...-Picó en la última. Ella paró de sollozar y se encogió más aun-Ámb por favor abre, vamos a hablar.
-No, lárgate, déjame es lo mejor que puedes hacer Cory.
-¿Segura? ¿Estás bien?
-No joder, pues claro que ¡NO! Sabes que no estamos bien, que lo nuestro tiene grietas Cory…-Lloró más fuerte que antes-Y no te pienso abrir.
-Vale-Alzó los hombros e hizo que se largaba, entró sin apenas hacer ruido en el retrete de la izquierda, se subió a él y se asomó por arriba-Hola guapísima. Pero qué fea estás cuando lloras. Ains.
-Cállate-Dijo esbozando una sonrisa.
-¿En verdad creías que me iba a largar sin saber qué te pasa? Ja-Saltó por arriba al retrete en el que estaba Ámber-No me llores mi amor, por favor-Le secó la cara con su camiseta y le besó la cara, los ojos, la boca.
-Cory…tenemos un problema.

La charla duró la cuarta clase entera. Cory se puso pálido, no sabía qué decir, Ámber volvió a llorar y se acurrucó en el pecho del chico.
-Vale cielo, tranquila, iremos a la farmacia, hablaremos con nuestros padres…por difícil que sea-Sollozó él también-Todo se arreglará ¿vale?-Le acarició la cabeza y le besó la sien-Te amo.
-Cory prométeme que estaremos juntos pase lo que pase, me prohíban salir de casa o no, y si estoy embarazada…si lo tendré o no-Le cogió la cara y lo besó, después lo abrazó fuertemente-Yo también te quiero. Vamos a clase.

Entraron en el aula cogidos de la mano, Emma dejó lo que estaba haciendo y se fijó en lo acaramelados que estaban los dos, y en algo más, sus ojos estaban rojos, la mano libre de Cory acarició la cara de Ámber, después la besó, la mano bajó hasta la barriga de ella y la acarició cálidamente. Ámber giró la cabeza hacia Emma que estaba sentada en la fila de atrás junto a Brooke, y le guiñó un ojo. Vocalizó que luego le contaría todo lo ocurrido.
La clase empezó y todos se quedaron en silencio.

Cincuenta y seis

-¡Emma!¿qué tal el examen de física y química?
-Mal Ámber, mal.
-Si, lo se, menuda profe que tenemos eh…
-¡¡Ámb necesito nota!! Espero haberlo aprobado…
-Bueno no te preocupes, ¿tomamos un café? Por favor, tengo algo que decirte-Ámber puso mala cara, Emma supuso que no sería nada bueno.

Fueron hacia la cafetería y se sentaron en una mesa, el camarero vino con lo de siempre, dos cafés con leche.
-Y bien, ¿qué tienes que decirme?
-Emma…Cory y yo no estamos en un buen momento…Mis notas están bajando, me siento mal…y todo desde que...él y yo…
-Desde que él y tú ¿qué Ámber?
-Emma…Dios no se si decirlo…
-¡¡¡ÁMBER!!!
-Lo hemos hecho…y no usamos protección-Ella empezó a llorar, Emma se cambió de silla y la abrazó.
-¿Te has hecho la prueba?
-No…
-¿A qué esperas?-Le besó la frente.
-Tengo miedo, ¿qué dirán mis padres?
-Ámber, tienes que hablarlo con ellos hoy mismo, decirles lo que ha pasado, que tienes miedo, que te tienes que hacer la prueba, y que si por un casual…
-¡CÁLLATE!
-Y que si por un casual estás embarazada-Amber lloraba más fuerte, Emma la abrazaba. Brooke entró en la cafetería.
-Chicas, ¿qué os pasa? ¿Ámber estás bien?
-Si…tranquila…gracias por…preocuparte-Le sonrió de mala gana.
-Si necesitas algo sabes que estoy aquí ¿eh?
-Gracias-La abrazó, de repente se puso nerviosa, empezó a recoger sus cosas y a levantarse de la silla. Apenas había tocado el café. Emma se dio cuenta de que en la entrada estaban Cory, Owen y Adam.
-Ámber, Ámber. Tranquila ¿vale?-Amber cogía sus cosas apretándolas contra ella. Emma posó sus manos en los hombros de ella-Vámos a hablar con él.
-¡NO!
-Ámber, por favor… Tienes que hablar con él, sea ahora y después…

***
-Bien chicos, son las nueve de la mañana, en pie, ¡¡¡YA!!!-Dijo el señor Boots  con esa cara de zumbado mientras picaba en todas las puertas.
-Borja, venga-Él no contestaba-Borja, venga- Hugo tiró de las mantas hacia atrás. Borja no estaba.

-Señor Shalom, usted es el director de este centro. Verá, sabe que me estoy comportando bien, y que todo lo que he hecho no es motivo para estar aquí. Necesito volver a casa. Al menos por Navidad señor-El director no había hablado desde hacía rato, lo miraba intrigado por la petición y Borja se sentía incómodo. Se frotó un brazo y bajó la mirada esperando la respuesta del señor Shalom.

-Bien Borja, has irrumpido en mi despacho sin antes hablar con el señor Boots. Me has pedido algo importante que la mayoría de los que están aquí no han conseguido en todo el tiempo que han estado aquí. Pero esta semana es la definitiva Borja. Dependiendo de tu comportamiento volverás a casa por Navidad, o te quedarás aquí encerrado. Tu decides. Ahora vuelve a tu habitación y prepárate para las clases de corrección.

Entró en la habitación hablando solo.
-¡BORJA! ¿Dónde cojones estabas? Te he buscado, han llamado a las nueve y son y media, he dicho que te había sentado mal la cena de anoche y que estabas acostado.
-Gracias Hugo, he hablado con el director.
-¿Qué has ido a verlo?  Bueno yo vuelvo a clase que he dicho que venía a por una libreta, pero en realidad vine a ver si ya habías llegado-hizo un gesto con la mano y salió de la habitación.
-Hasta luego.