jueves, 2 de junio de 2011

Treinta y uno

Borja no sabía como desahogarse, cogió su portátil y se tumbó en la cama. Entró en su Tuenti. Lo primero que hizo fue cambiar su estado en el que anteriormente aparecía una carita feliz por un simple mensaje: Me largo de esta casa. Larga temporada!!
Después miró la gente conectada al chat, mas o menos la gente de siempre. Fue uno por uno, pero Emma no estaba. Fue a la parte de mensajes privados. Empezó a escribir:

Emma:
Después de haberte visitado hoy me fui a casa, me senté en el porche. Rubén salió al oírme, y me preguntó que te pasaba, discutimos unos minutos y después caimos al suelo, SI lo sé, no nos tendríamos que haber peleado, pero él fue el que empezó. Un vecino llamó a la poli y nos llevaron a comisaría, que tontada ¿no? Después de que nuestros padres nos fueran a buscar volvimos a casa con ellos. Rubén está castigado un mes, en cuanto a mí… Em, te cuento esto porque mi padre y yo pactamos un trato, si me metía en otra movida me internaban lejos, vale, la pelea no la empecé yo, pero da igual dos no pelean si uno no quiere. Al principio yo no quería, Rubén aun tiene ahí la herida y yo sabía lo que me pasaría si nos peleábamos, pero él siguió pegando, y arto de aguantar los golpes ataqué, sin poder parar, toda mi rabia salió a flote, no se podía hundir. 
Me dan tres días para recoger mis cosas, después me largo a Europa, no sé por cuanto tiempo. Me gustaría verte feliz antes de irme. ¿Te veo esta noche al otro lado del lago? A las 12 si puedes. Si vienes lleva ropa para bañarte :) 
Te Quiero!!

Se lo envió poco decidido. Estaba furioso, pero quería verla, era la única persona capaz de tranquilizarlo.
Su madre los llamó a cenar, pero en la puerta de Borja había un cartel que indicaba “No molestar” ya había tenido suficiente por hoy. A la hora o así no había ningún ruido en casa. Borja cogió una mochila con lo necesario para bañarse y salió de su habitación. No había ninguna luz encendida a excepción de las exteriores. Casi era la hora, Emma no le había respondido, pero la esperaría igualmente. Salió por la puerta principal. Caminó por el sendero, rodear el lago le llevaría un rato. No supo que antes de empezar a caminar alguien le observaba, dentro de su casa, en el piso superior, una cortina estaba deslizada a un lado descaradamente, la farola derecha de la calle iluminó su cara. Rubén estaba serio tras el cristal, preguntándose a dónde iría su hermano a estas horas de la noche y con una mochila a la espalda. Pero ya daba igual, apenas quedaban tres días para perderlo de vista por una buena temporada, oh sí, entonces Emma sería solo y exclusivamente para él. En su cara se dibujó una sonrisa malévola. Los personajes se cambiaban, el bueno (Rubén) por el malo(Borja).

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