jueves, 2 de junio de 2011

Nueve

-Emma, sígueme-Nos dirigimos a los columpios- Es sobre Rubén.
-Acabo de verlo.
-¿A si? Bueno lo que tengo que contarte va sobre él-Me acomodé, la charla tenía pinta de ser larga…
-Verás, creo que está mal que yo te cuente esto, pero le he avisado, y no me ha hecho caso…Emma, ahí va, Rubén tiene novia. Se llama Sandra.-Me puse pálida, no creía que la charla fuera de ese tema en cuestión.
-Ahora me explico porqué se puso hoy tenso…por esto...
-Lo más probable es que sí, Emma. Vas a empezar en el Snt.Liferland ¿no?-Me cogió de las manos, estaban frías, se me hacía raro, pues el día era muy cálido.-Emma, yo…solo quería que no sufrieras, sé que mi hermano te gusta, pero…quiero que estés bien y no quisiera que sufrieras porque él sea el mayor egoísta del mundo.
Hubo un gran silencio, Emma miraba al suelo y Borja a su cara.
-Borja, te agradezco que me cuentes esto pero, si te soy sincera, no creo que Rubén esté ausente por eso. Igual es…emm…la competición de mañana, si, es eso.
-Emma, créeme, por favor-Borja la cogió por ambos lados de la cabeza, estaba cerca y le hablaba, notaba su respiración en su cara. Sin darle tiempo a alejarse de él, Borja presionó sus labios contra los de Emma, estaba frío, su cuerpo se movió con un pequeño escalofrío, siguió el movimiento de su boca al compás. Nunca lo había pensado, pero la verdad era que ese punto envidioso, frío y malévolo de Borja la atraía. Ahora lo notaba, era el polo apuesto a su hermano. Sus manos empezaron a bajar por el cuello de Emma, sus brazos hasta llegar a su cintura apretándola contra él y haciendo que ella se bajara del columpio. Las manos de Emma se enredaron por el pelo rizado de Borja con fuerza. Su respiración se volvió agitada.
Después de un rato Emma reaccionó, no quería parar, pero tenía que hacerlo, ¡debía hacerlo!
-Borja, Borja-No la dejaba hablar, necesitaba respirar-Borja-Ella le empujó, otra vez un poco más fuerte-Borja para por favor, para- Él seguía a su royo, así que ella se vio obligada a morderle, pero se pasó con la fuerza porque sus latidos y el calor que le subían por el cuerpo no eran normal, menuda pasión.
-¡Ahh!-Borja se separó, el labio inferior le sangraba un poco.
-Lo siento Borja, pero…no puedo hacerlo-Se fue corriendo a casa.
Él se quedó allí, con una mano en el labio, una ceja alzada y una pequeña curva malévola y pícara en su boca.

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