viernes, 3 de junio de 2011

Treinta y nueve

“Cada vez queda menos, la hora se acerca”
Bajó al sótano a preparar su bolsa de baño, después se fue a cenar.
-Emma, vamos a salir de tapas y a tomar algo a la ciudad, ¿te apetece venir?
“Uf, ¿y que les digo?”
-No, estoy leyendo un libro muy interesante…este…el que te mencioné el otro día mamá.
“¿Colará?”
-Oh, perfecto, ¡Juan tenemos una lectora en casa! Vale cariño, no…
-Abras a nadie, cierra el gas y todas las puertas, no pasees sola a estas horas bla bla bla. Mamá tranquila, tienes una joven adulta en casa.
-Es verdad-Le dio un beso en la sien-Nos vamos en breves, vendremos tarde porque mañana es festivo.
“Es verdad. Genial”

Su familia al completo salió por la puerta, quedaba un cuarto de hora para la cita. El timbre sonó. Emma se asustó, no esperaba a nadie.
Miró por la mirilla.
-¿Si?
-Em, ábreme.
“Uff, es Borja, menos mal”
Le abrió la puerta y lo mandó pasar, cerró con cerrojo y todo después de él.
-¿Qué haces aquí?-Él la besó cuando finalizó la frase, cogiéndola por la cintura y llevándola hasta el sofá.
-Hace algo de frío. He traído una peli y palomitas-Abrió los ojos al máximo.
-Espera, vamos al ático que se está mejor allí.
Subieron hasta la habitación, se sentaron en el sofá.
-Guao Em, menuda tele, un espacio acogedor este ático. Perfecto-La besó otra vez, abrazándola cariñosamente-Te quiero infinitamente-Le susurró al oído a pesar de que estaban solos en casa.
-¿Qué peli has traído?-Dijo levantándose para encender alguna que otra vela. Encendió la cadena de música. Borja sonrió.
-American pie.
-De la uno a la siete ¿cuál?
-La seis, la beta.
-Ya la he visto-Hizo una mueca-Que pena-se tiró encima de él abrazándolo. Apoyó la cabeza en su pecho-Oigo tu corazón.
Estuvieron cayados largo rato, él, de vez en cuando le acariciaba la cabeza y le frotaba un brazo. Ella en cambio le acariciaba el pecho y la barriga por debajo de la camiseta.
“Mmm, vaya hueco que hay aquí”
Le besó debajo de la mandíbula hasta detrás de la oreja, beso a beso se fue deslizando hacia arriba.
-Em, para. Me haces cosquillas.
-Eso intento.
Él se levantó, no podía más, tenía que aprovecharla.
Ella sabía qué querían los dos ahora mismo, cuando él se levantó. Había que repetir lo de la noche anterior para tener un recuerdo más largo de ello. Le quitó la camiseta , él colaboró quitándosela a ella, ambos se desnudaron uno al otro y allí lo hicieron en el sofá con la cadena de música encendida. Beso tras beso, caricia tras caricia. ¿Hacía tanto calor como el que ambos tenían?
-¿No hay forma de que te quedes?-Le dijo Emma besándole el pecho.
-Me temo que no.
-¿Ni un par de días más? ¿Una semana quizás?
-No-Suspiró mirando hacia el cielo a través de la gran ventana. Estaba lleno de estrellas, apenas había huecos, no se veía la luna desde su posición, pero sí la luz que afloraba de ella.

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