viernes, 3 de junio de 2011

Cuarenta

Emma miró el reloj, su reloj. Borja nunca llevaba, odiaba estar pendiente de la hora, era libre y hacía lo que quería.
-Mi familia está al llegar, creo. Es tarde pero…
-¿Pero qué?
-¿Quieres quedarte a dormir?-Él esbozó una sonrisa.
-Sabes que nos la jugamos los dos si hacemos algo así.
-Nos la estamos jugando ahora mismo y la otra noche cuando te escapaste por mi ventana…
-Vale, ¿Quieres que me quede enserio?
-Sabes lo que te voy a responder-Le puso cara de cordero degollado. Él volvió a suspirar.
-¿Aquí?-Le sonrió.
-Abajo, en mi habitación. ¿Cómo pretendes marcharte mañana por la mañana desde un ático?-Los dos se rieron. Un beso, dos.
Emma se levantó, se vistió la ropa interior, apagó la cadena de música y las velas.
-Vamos-Lo cogió de la mano-A mi habitación.
-NO.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Dime que esta ordenada y no como la última vez que entré-Puso cara de susto.
-Que tonto eres, pues claro que está ordenada-Cogieron la ropa y el calzado y bajaron a su habitación.
“Mierda, mierda, mierda. ¡Si está hecha un cristo!”
Al entrar Borja se plantó en la puerta.
-No puede ser-Dijo marcando cada palabra-¿Y esto es orden? ¿Qué concepto tienes tú de orden?-Ella se rió.
-Vale espera un momento-Le cerró la puerta en todas las narices.
“Qué cristo me ha tocado”: Borja envió un mensaje al teléfono de su madre abreviado:
Ma, no me esperes, duermo en casa de Isaac. (Su mejor amigo al que llevaba sin ver días, ya le mandaría otro mensaje a él para que supiese que se iba)
-Está. ¿Contento?-Le dijo incitándolo a pasar.
-Joder tía esto es otra cosa-Cerró la puerta y se tiró en la cama arrastrándola a ella consigo.
-Para para, espera-Se levantó y fue al escritorio. Cogió papel y rotulador y escribió en letras grandes: “Duermo, no molestar. Mañana me levanto tarde ¿vale? Es festivo” Le puso una cara sonriente a la nota y la pegó con celo en la puerta por el lado de afuera, cerró con pestillo.
-¿Lo ves? Ya no hay peligro de que nos vean durmiendo jun-ti-tos. El problema será para que salgas a las doce del medio día claro…
-Pones el despertador y listo.
-Vale, una buena opción.
Se tiró encima de él que estaba acostado boca arriba con los brazos en la nuca.
-¿Por qué te vistes?
-No lo sé. ¿Quieres una noche loca e pillina?-Se rieron y otra vez fueron al lío.
Al cabo de dos largas horas escucharon la puerta abrirse y voces bajas.
-Sssh, calla que creo que han llegado-Ella le tapó la boca con un beso.
-¿Y? ¿No he dejado la nota y el pestillo echado? Pues listo-Le volvió a besar y esperó a que todos se acostaran, fueron rápidos.
-A-bra-za-me muy fuer-te-Le cantó ella en susurros al oído. Una caricia de Borja le puso la carne de gallina. Él la abrazó y volvió a acariciarle suavemente el hombro bajando por su espalda hasta su pierna.
-Me haces cosquillas.
-Eso intento.
-¿Por qué me sonará esa frase?-Dijo pasando su mano por las mejillas del chico-Oye pinchas-Le besó toda la cara-me gusta eso.
-¿Qué pinche? ¿Qué te haga cosquillas?
-Todo, todo en ti me gusta y lo sabes.
Se abrazaron un largo rato, Emma se durmió pronto pero Borja siguió acariciándola y pensando. ¿En verdad no había forma de que se quedara?

No hay comentarios:

Publicar un comentario