viernes, 10 de junio de 2011

Sesenta y siete

Emma estaba sentada en la cama con el llavero de Borja en sus manos y la última carta.
“Ojala vengas por Navidad”
El ruido de una moto suena cerca.
“Ese ruido sordo, es una moto…La yamaha es inconfundible. No puede ser él, no”
Bajó las escaleras a toda prisa, al llegar al piso de abajo se relajó un poco por si no era él. La moto daba acelerones. Emma cogió su chaqueta y sigilosamente salió a la calle. Un motorista estaba aparcado delante de su casa. Ya estaba oscureciendo. Él se bajó de la moto y se quitó el casco dejándolo posado en el sillín. Movió la cabeza sensualmente con gesto rápido para colocar su cabello. Miró hacia donde estaba Emma y le sonrió. Emma empezó a llorar pero no se puedo mover, la emoción la paralizó. Se llevó una mano a la boca. Borja corrió hasta donde estaba ella y la obligó a levantar la cabeza y a mirarlo a los ojos.
Ninguna palabra.
Un te quiero en cada mirada. Un abrazo largo seguido por besos fríos bajo los copos que los bañaban.
Borja la cogió por la cintura girando en redondo. Emma se empezó a reír. Cayeron al césped y empezaron a rodar. Solo se oían risas en ese momento. Otro beso y abrazos fuertes. Ella se tumba y él a su lado, con medio cuerpo encima de ella.
-Te quiero enana-Le susurró al oído mientras le acariciaba la cara y le apartaba un mechón de pelo rebelde.
-Y yo a ti.

Entraron en la casa. La familia de Emma lo recibió muy bien.
-¿A dónde vais?
-Saldremos con tus abuelos a tomar algo. Te quedas sola ¿vale?
-Vale.
-Cuidadito con lo que haces Emma Philips, ya ves lo que le pasó a Ámber-Le guiña un ojo y se van todos.
Después Emma va al baño y trae dos toallas pequeñas para secarse un poco, suben al ático.
-¿Qué le pasó a Ámber?
-Te has perdido mucho. ¿Qué quieres hacer antes, “noche” o charla?-Levanta una ceja y muestra una sonrisa pícara.
-Qué mejor recibimiento que una “noche”-Emma cierra la puerta con pestillo por si vuelven antes de tiempo, apaga las luces, pone música como la última vez. De su bolsillo saca un sobrecito cuadrado que había cogido cuando fue al baño y la noche comienza con besos y caricias que ponen la piel de gallina, el suelo se llena de ropa arrugada y el sofá se convierte en un lugar cómodo y cálido en el que dos cuerpos se fusionan formando uno solo. La temperatura aumenta y el sudor brota de sus cuerpos, al igual que el placer. Las ganas de más crecen y pasada la hora todo se acaba, el gusto ha llegado, los cuerpos se paran y el ritmo cardíaco disminuye poco a poco. Ella acaricia su cuerpo, él su espalda mientras miran a cualquier sitio con la mirada perdida.
-Te echaba de menos.
-Y yo. Te amo-Los besos vuelven.


Después de un largo rato de relajación empiezan a hablar. Emma le cuenta el día en que se unió a la pandilla de Rubén, lo cual no le gustó mucho, su comienzo en el Snt. Liferland, lo de Cory y Ámber. Lo que no mencionó fue el beso de Owen, los moratones que le provocaron Nicole y Rubén y a Sergi. Poca cosa.
Después Borja le habló del centro Crókelham, de su amistad con Hugo y Rufo y del tipo de gente que había allí.
-No te puedes ni imaginar lo mal que lo pasé, te eché muchísimo de menos.
-Oh, pobrecito-Emma empieza a besarlo cuello arriba, un mordisquito en la oreja. Lo abraza con dulzura, le besa los labios, la mejilla, el cuello…baja lentamente por su cuerpo. La ola de calor aflora de nuevo y las ganas de más también.

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