Doce

-Hoy me ha tocado a mi hacer la compra. Marta ¿qué tal estás peque?
-Bien Emma. ¿Borja puedo ir al columpio de ahí delante?
-Ten cuidado ¿vale?-Le soltó la mano de buena gana-No salgas a la carretera.
-Vale-La niña salió corriendo.
Ahora estábamos solos en la cola de la caja, lo que llevaba no era tanto, por suerte una mujer la dejó pasar en la cola.
-Se lo agradezco señora.
-De nada cielo, apenas tienes la mitad que yo y no es justo que estés esperando.
-Gracias-Por fin llegó su turno, la cajera fue rápida.
Emma salió como un tiro del supermercado.
-Adiós, Emma. Te veo luego-Le dijo Borja.
-Chao.-Ahora en bajo-Ni lo sueñes.
Dio la esquina a gran velocidad y siguió el camino de vuelta a casa.
“Menos mal, tengo que llegar a casa y no salir de ella. O no, lo voy a ver por la tarde…”
Mala suerte. Llegó a casa. Todo estaba muy ordenado,¿habría sido Adri? guao, la verdad no me creía que fuera tan limpio. Pronto se oyó la música rock del videojuego.
-Adri, ya he llegado.
-¡¡Hola!!
-¿Y mamá, no ha vuelto aun? vaya…
-No. Emma tengo hambre.
-Venga baja, prepararé ensalada y carne-Posó el bolso en la mesa y las bolsas en la encimera.
-NOOO! Tor-ti-lla, Tor-ti-lla-empezó a cantar.
-Vale-El timbre sonó una vez. Sería la madre que se olvidaría las llaves.
-Voy-Abrió la puerta, no, no era su madre, era Rubén-Rubén…-Puso mala cara.
-¿Puedo pasar?-Le sonrió. Emma le dio paso.
-Iba a hacer la comida, puedes sentarte en el sofá.
-¿Qué tal estás?-No se sentó, sino que la siguió muy pegado.
-Bien-Fue seca.
-Enróllate un poco ¿no?-se le acercó por detrás para darle un beso en la mejilla, cogiéndola por la cintura.
-Hablaré como cuadre dependiendo de mi humor-Se soltó de él.
-Cuéntame, qué pasa…
-Nada, ¿que iba a pasar?
-Emma…
Emma se dio la vuelta para darle una explicación con un cuchillo en la mano, el afilado, el de cortar patatas-¡¡Cuidado!!-Rubén estaba muy cerca, demasiado cerca y Emma no se lo esperaba. El cuchillo rajó el lado derecho de la barriga de Rubén-¡¡AHH!!-La sangre empezó a brotar de ese lugar
-¡¡¡¡¡RUBÉN!!!!!Tranquilo, tranquilo, o dios mío.
-No lo…saques, entrará… aire y…será peor…-Gruñó.
-Llamaré a una ambulancia, o dios mío, apóyate aquí-lo apoyó contra la meseta y se fue directa al teléfono y dio la dirección. Después lo empezó a tocar por la cara, a besarlo y acariciarlo.
-Lo siento Rubén…-Empezó a llorar.
-No te…preocupes…no pasa…nada, es…solo un…corte.
En apenas diez minutos la ambulancia estaba delante de su casa.
Emma empezó a escribir una nota:

Mamá:
Hemos tenido un accidente con un cuchillo.
Rubén y yo estamos en el hospital, avisa a Alicia y Oscar.
Te quiero, Emma.

-¡Adrián, si llega mamá que lea la nota que le dejo en la nevera, me voy!
-¿Pero que pasa?-Emma salió disparada por la puerta, Adrián se quedó allí plantado viendo como la ambulancia se llevaba a Rubén y a su hermana.

***

La competición era lo único que se le pasaba por la cabeza a Emma mientras iban en la ambulancia.
-Rubén-sollozaba-lo siento tantísimo. La competición…no podrás…la herida…-palabras sueltas, era lo único que podía decirle.
-Eh enana…tranquila ¿vale…-Otro gruñido salió de su boca.