Quince

De vuelta a casa Emma vio de lejos a Borja.
-¡Borja, eh Borja! Vamos Bruno, corre.
-Ei Emma-Su cara no era nada buena.
-Hola-Dijo con falta de aire-¿Qué tal?¿Rubén?¿Y en tu casa?
-Aun no he podido ir a verlo, voy a ir por la tarde ¿quieres venirte? Mi madre me ha dicho que está mejor, ha ido y se lo ha dicho la enfermera. Yo estoy preocupado, necesito que se mejore…sino ¿con quién pelearé?-Se rieron.
-Lo se-Le sonrío-Es duro tener a alguien de la familia ingresado. ¿En serio puedo ir con vosotros?
-Claro.
-¡Genial! Oh no, he quedado con una…amiga. No puedo-Puso cara de pena- Dios, con las ganas que tengo de verle…Dile que iré a la noche. Que lo intentaré.
-De acuerdo.
Ella se tiró a abrazarlo, Borja se quedó en su sitio, paralizado por el impulso de Emma. Después de un pedazo él le respondió.
-Emma-Se separó un poco cogiéndola por la barbilla, obligándola a levantar la cabeza. Le besó la mejilla, el cuello…
-Borja, lo siento, pero ¡NO!-Se separó de él rápidamente empujándole.
-Emma…mujer.
-¡NO!-Él la cogió por un brazo-¡Au! Suéltame Borja que me mancas-La atrajo hacia sí mismo-¡Que no!-Ella le pegó una patada en toda la pierna, Bruno empezó a ladrar enfrente de él.-¡Arg! Te odio, vamos Bruno.
Emma se fue poniendo los ojos en blanco y acariciando al perro. Empezó a correr a medida que se alejaba. Su melena empezó a moverse, era espléndida pensó Borja, auténticamente bella.
Entró en casa, el olor a comida la inundó por dentro.
-Mamá ya estoy en casa.
-Hola Emma, vente a comer anda.
Empezaron a comer.
-Emma, he llamado a Alicia. Han subido a Rubén a planta y podemos ir a verlo ¿te apetece ir hoy?
-Otra, no puedo, he quedado con una amiga pensando que todavía no se recuperaría…Bueno ¿sabes que? Me da igual, ya se lo explicaré la próxima vez que la vea. ¿A qué hora?
-Cuando quieras, cielo.
-¿Me preparo y nos vamos?
Recogió los platos. Emma subió la escaleras. Se metió en el baño, eso era, un baño de espuma sería lo mejor. Llenó la bañera, la chorreó con el bote de gel de vainilla.”Umm que bien huele” Dejó el móvil en el suelo, la música bien alta como a ella le encantaba. Se metió lentamente. Adoraba esa sensación de relajación total.