jueves, 2 de junio de 2011

Veintisiete

-Verás, es alta…delgada de ojos grandes y verdes, tiene una melena algo ondulada y muy larga. Es rubia y siempre va vestida elegante-Rubén habló en voz baja, lo suficiente para que ella le escuchara.
Emma suspiró, era la misma chica, igualita a la que había conocido. Decidió seguir escuchando por mucho que le doliera.
-Éramos felices, aunque a veces llegué a pensar que era su títere. Pero aun así, poco antes de que tú llegaras a este barrio y de que me enamorara de ti-esbozó una sonrisa-yo ya no lo estaba de ella, ya me había cansado de sus absurdos juegos y sus tonterías-Rubén miró hacia Emma, pero ella seguía mirando el suelo así que siguió-Ella estaba en un campamento, pero al volver me llamó, la primera vez en todo este verano-Se puso triste y serio a la vez de pronto-A pesar de todo la echaba de menos. Quedamos en el parque y me confesó que me había engañado con un chaval mayor que yo en el campamento. Eso me hizo recordar a Borja y sus cosas…-Se le quebró la voz.
Emma empezó a derramar lágrimas enormes por sus mejillas sin control.
-Emma, ya te he dicho todo. Ahora eres tú la que juzga.
Ella salió corriendo de la sala dejando a Rubén atrás, sin poder despedirse aunque solo fuese con la mirada.
-¡¡¡Emma!!!
-Eh, Emma ¿No te quedas a merendar?
-No señora Munitch, gracias-Su voz era ronca.
-Vaya-Estaba cortando la tarta en pequeños trozos-Parece que tiene prisa.
**Afuera:
-Emma, ¿qué tal?-se fijó en su cara roja e hinchada de llorar-Ey, ¿estás llorando? Emma, ¡Emma!-Ella salió del porche a toda prisa y Borja se quedó allí llamándola hasta que la perdió se vista. Entró en la casa violentamente buscando a su hermano que estaba en el salón con cara de empanado.
-¿Qué le has hecho?-Dijo Borja empujándolo por el pecho. Rubén se quejó.
-Le he contado TODA la verdad, ¿contento? Ya lo has conseguido.
-Eh, eh, ¡chicos, por favor, que sois hermanos!-interrumpió la madre poniéndose por el medio de ambos. Borja gruñó y subió a su cuarto. Rubén estaba allí, mirando a la nada.
-Venga hijo, vamos a merendar.
-No tengo ganas mamá.
-Rubén por favor, tienes que comer algo.
-Está bien.

***
Emma lloraba cuando entró en casa. Por suerte no había nadie en ese momento. Subió las escaleras y fue a su habitación a tumbarse en la cama y desahogarse. Después de todo no había sido para tanto. Rubén había sido legal, puesto que había roto con su chica, Sandra, en los primeros días que se habían conocido ellos dos. Aun así no le gustaba.
Pensó durante un rato entre lágrima y lágrima. Ella había sido la mala de la película, ninguno de los dos, Rubén o Borja, había tenido la culpa de ello. Simplemente era ella, una chica, la que había enamorado a dos hermanos. Solo que ella se había liado con uno mientras supuestamente tenía un rollo con el otro. Ella era el monstruo, ella había cometido el error. ¿Cómo lo iba a arreglar? Legaba la hora de cenar y Emma no había salido aun de su cuarto.
-Juan ¿Crees que la niña estará bien? No ha salido de su cuarto en lo que lleva de tarde-Yoli hablaba preocupada y en voz baja.
-Déjala, sus motivos tendrá. Cuando tenga hambre ya bajará-Él estaba leyendo el periódico y tomándose un café.
-Es que es raro, no he oído ni música si quiera…
-¿Voy a llamarla?-Interrumpió en ese momento Adrián.
-Ni lo sueñes, o no saldrá de su cuarto en toda la semana-El chico hizo una mueca y siguió cenando. Yolanda preparó una bandeja con un plato de ensaladilla y un vaso de agua.
-Voy a subir a darle esto, si no lo quiere halla ella.
Iba a subir las escaleras cuando el timbre sonó.
-Ya voy yo, tranquilos-Posó la bandeja en el mueble del pasillo y se dirigió a la puerta. ¿Quién sería a esas horas? Era tarde.
-¡Vaya!-Era Borja, y traía una cara bastante preocupada.
-Vengo a ver a Emma. ¿Está?-Hablaba rápido.
-Sí, en su cuarto, pero no ha salido en todo el día, ni hablado con nadie así que no creo que lo haga contigo tampoco.
-No lo crea señora Philips, vaya que si lo hará.
-Bueno, si estás tan decidido, entonces toma-Le entregó la bandeja-No ha querido cenar y no ha merendado nada tampoco-Se dio la vuelta a la cocina-Su habitación es la primera puerta del pasillo izquierdo.
Borja sabía perfectamente cuál era, pero claramente no podía decir nada, no había estado allí antes, al menos de día como para decir cuál era.  Subió las escaleras, la planta baja no se veía desde ahí, por suerte. Picó a la puerta, pero Emma contestó.
-Emma, ábreme-Esperó un poco-por favor-Nada, no contestaba.
“Esa voz…imposible, no puede ser Borja” Emma se incorporó en la cama “No puedo verle, no después de la charla con su hermano y todo eso…”
-Emma, soy Borja, ábreme ya o entro por la ventana, como tú veas eh-La puerta se abrió un poco, apenas una rendija…

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