Al acabar salió más fresco que una rosa por la puerta y con la mochila al hombro. Vestía unos pantalones cortos de cuadros azules y un polo blanco, de calzado unas sandalias de cuero marrón. Su madre estaba en esos momentos hablando con el médico.
-Si doctor no se la quitará hasta pasado ese tiempo…
-Perfecto…
-¡Rubén, hijo, ya estás listo!
-Si mamá, ¿nos podemos ir ya?
-Sí, claro. Bueno Doctor Guberth, ha sido un placer.
-Lo mismo digo.
Madre he hijo se fueron en dirección al ascensor número cinco. Bajaron en silencio hasta el aparcamiento, allí buscaron el coche para regresar a casa.
“Emma, ojalá se aclare todo y Borja no te halla llevado a su territorio con malas conclusiones”
***
Emma llegó a casa con una gran sudada.-¡Hola mamá, ya he llegado!
-Ah, Emma, genial. Oscar ha llamado, a Rubén le han dado hoy el alta y ya está en casa.
-Si, ya me lo ha dicho Borja, pero entonces ha llegado hace poco…
-Sí, habrá un cuarto de hora. Toma, llévale esta tarta de manzana.
-Espera, espera. Voy a darme una ducha, estoy que apesto-Hizo una mueca y subió a su habitación-¡Adrián, sal fuera inmediatamente enano!
-Emma, estaba buscando el celo solamente.
-He dicho FUERA-Dijo enfadada recalcando al última palabra-¿Cómo hay que decirte las cosas en veinte idiomas?-Señaló un cartel dibujado por ella en su puerta-Prohibido la entrada a mi hermano.
-Vale, vale-Salió de ella y Emma cerró la puerta tras de sí.
-Niño asqueroso…-Abrió su armario. Buscó unos levis y una camiseta de esas flojas, sacó del zapatero unas converses y del cajón superior la ropa interior. Salió y entró en el baño, la música de su móvil no tardó en sonar.
-Mamá, ¿puedo probar un poco de la tarta?
-No, pero te estoy haciendo otra.
-Vale.
-Venga vete a verle que sé que tienes ganas cielo.
-Sí, locas. Nuestra charla dudará una eternidad, lo estoy viendo…-Dijo en susurros.
-¿Decías algo?
-¿E? No no, ya me voy. Chao.
Salió por la puerta decidida a buena marcha. Había acertado con la ropa, no hacía calor. Y era algo atrevida, pegada a sus curvas y a sus largas piernas.
Llegó a la casa. Alicia estaba leyendo en el porche y Marta jugando con un par de muñecas no muy lejos de su madre.
-Hola Alicia.
-Ui Emma.
-¡EMMA!-Gritó la niña.
-Hola Marta, chiquitina-La niña se acercó y Emma le besó la mejilla-Ten, esto me lo ha dado mi madre para vosotros.
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