jueves, 2 de junio de 2011

Dieciocho

Emma cerró la puerta tras de sí. Siguió el pasillo hasta ver el ascensor número cinco. Allí de pié estaba Borja esperándola. La planta en la que estaban era la décima. Demasiadas para un hospital.
-Bueno, así que te piensas quedar hasta la noche.
-Más o menos. Dos horas o así.
Borja vestía genial para ser un chico. A lo pijo americano con su polo de Lacoste, unos vaqueros pitillo de Ralph Lauren y unos playeros también de marca, pero no los pudo identificar. Unas gafas adornaban su cabeza. A su lado le sacaba al menos una cabeza de altura. Los dos se miraban de reojo mientras esperaban a que subiera el ascensor.
Por fin llegó, Borja le dio paso como un gran caballero.
-Ahórrate las cortesías Borja-Pasó de todos modos. Él esbozó una pícara sonrisa lateral
El ascensor empezó a descender lentamente. Estaban solo ellos dos allí dentro. Se siguieron mirando de reojo. En la barriga de Emma empezaron a revolotear mariposas, su pulso se aceleró. Los dos se miraron a la cara frente a frente. Los ojos azules de Borja eran ahora misteriosos y parecían no tener fondo. Emma se mordió el labio inferior, estaba muy  pero que muy bueno. Borja no pudo aguantar más y se tiró a cogerla y besarla. Aun iban por el octavo piso. Emma se lo esperaba pero no supo como reaccionar así que se dejó llevar.
Estaba en sus brazos, sus manos por el cuello de él.
Borja en cambio la tenía cogida como podía, contra la pared. Allá por donde Emma tocaba había frío. Los besos eran cada vez más apasionados. En ninguna planta se subió nadie. “Más tiempo” pensaron ambos.
Los labios de Borja se deslizaban por el cuello de Emma, ella se bajó de su brazo, mejor de pie en el suelo del ascensor. Éste estaba lleno de espejos. Verlos allí era impresionante. Ambos se entregaban uno al otro.
-Emma, Emma, tengo ganas de ti pero, este no es el lugar- Borja le besaba el cuello, ahora subía hacia la cara. Iban por la tercera planta. Las respiraciones agitadas.
-Borja…Oh Dios…Borja…para. Me haces cosquillas-Se rió. Le dio el último beso, quedándose allí, pegada a él acariciándole la cara.
-Vamos, hemos llegado Emma.
Ella se acicaló un poco el pelo y la falda. Salieron pegados, rozándose las manos y mirándose, con una mirada pícara en la cara de Borja. Ella en cambio caminaba seria.  Se sentaron en una mesa cercana a una esquina de la cafetería. Pidieron algo de beber y el botellín de Rubén.
Ninguno de los dos dijo nada durante el tiempo que estuvieron en la cafetería.
“Pobre Rubén, él arriba solo y acostado y mientras yo, aquí, montándomelo con su hermano”
“Jajaja querido hermanito, aquí el astuto, te saluda, jajaja esto por mentir a Emma, que no tiene la culpa de que seas el mayor estúpido del mundo. Acuérdate de mi. Cada beso mío que reciba, va por ti”
Emma se levantó de la mesa y seguidamente lo hizo Borja. Entraron en el ascensor. ¿Por qué daba la impresión de que ahora iba más rápido?
Ahora estaban acompañados de una chica de unos catorce años gordita y pelirroja.
-De lo ocurrido hace un momento…ni palabra Borja.
-¿Es una amenaza?-Le dijo acercándose a ella con intención de besarla.
-Por supuesto que sí-Le contestó apartándose.
-Vamos Emma, como si no supieras que soy una tumba. ¿Cómo crees que le voy a decir nada a alguien y menos a mi hermano?
-Pues diciéndoselo, no te creo ni una mísera palabra. No entiendo cómo he podido hacer esto, enserio, no me caes nada bien y mira.
-Emma…-Dijo inhalando el aroma de la colonia de la chica, ella se recostó sobre su pecho. Estaba a espaldas de él.
-Me puedes, enserio, eres superior a mi-Dijo dándose la vuelta y sonriendo-Hueles de maravilla-Le sonrió de nuevo cogiéndolo por el cuello y le besó, este fue lento pero apasionado y frío como todos.
La niña pelirroja los observaba atónita y  atenta a la conversación.
Salieron del ascensor. Delante de la habitación Emma habló en susurros:
-Borja júrame por lo que más quieras…
La besó.
-¡BORJA! Júrame por lo que más quieras que ni una palabra a nadie.
-Sabes que sí.
-A NADIE-Se besaron por última vez antes de entrar seriamente en la habitación.
Rubén dormía plácidamente por suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario