jueves, 2 de junio de 2011

Seis

La luz del sol entraba por las pocas rendijas de la persiana que Emma había dejado abiertas la noche anterior. Eran las diez y media cuando se despertó.
-¡Dios mío, son las diez y media!¡En media hora he quedado con Rubén! Uf, uf, uf-Resoplaba toda acelerada.
Se fue al baño a pegarse una ducha, recogió su habitación y bajó las escaleras.
-¡Buenos días!-Gritó Emma. No hubo respuesta. Por lo que supuso que estaba sola en casa.
Unos suaves golpes sonaron en la puerta. Emma la abrió. Al otro lado estaba Rubén tapado por una capucha, pero ella pudo ver perfectamente las heridas. Tenía el labio inferior hinchado, un ojo morado y por su postura supuso que el resto de su cuerpo estaba magullado.
-¡Madre mía Rubén!¿¡Qué es lo que te ha pasado!?-Preguntó Emma rozándole apenas la cara.
-¿Puedo pasar?-Preguntó Rubén en voz baja.
-Si, claro pero ¿qué…?
-No es nada Emma, en serio. Ayer tuve una “pequeña discusión” con Borja.-Dijo haciendo el gesto de las comillas con los dedos.
-Pero Rubén, sois hermanos, no deberíais…pelearos, y menos a golpe limpio ¿no crees?-Emma intentaba razonar.-Haber ¿por qué habéis discutido? ¿tan mal os lleváis Borja y tú?
-Pues sí. Nada, discutimos constantemente por tonterías. Como niños pequeños. Bueno cuéntame otra cosa anda. No quiero seguir hablando de esto.-Intentó cambiar de tema Rubén.
-Estaba desayunando. ¿Quieres un café?-Dijo dirigiéndose a la cocina.-Estoy sola. Así que puedes quitarte la capucha.-Rubén se tranquilizó y obedeció.
-Vale.-Un silencio tenso.-Emma le entregó el café y se sentaron uno en frente del otro en la barra de la cocina.-Bueno qué. ¿Ya tienes las cosas preparadas para la vuelta a clase?-Preguntó Rubén sacando tema de conversación.-¿Ya sabes a que instituto vas a ir, no?
-Sí, bueno a uno cercano de por aquí, creo que a unos quince minutos al este. Se llama…emm…Sant Liferland creo recordar,¿lo conoces?-Rubén se puso tenso y pálido al escuchar el nombre-¿Te pasa algo?-Emma se preocupó.
-¿Eh? No, nada. Sí, lo conozco acabo de terminar en él. Tengo gente conocida allí.-Se le quebró la voz. Carraspeó.
-¡Anda! Genial. Así me presentas a la gente y voy conociéndolos. No me gustaría estar sola, soy muy tímida.-Emma se rió, Rubén tenía la mirada perdida en su café y no le prestaba atención. En su cabeza sólo rondaba el nombre de Sandra.

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