jueves, 2 de junio de 2011

Cuatro

Una vez acabada la cena, Rubén y Emma salieron a dar un paseo. La luna llena brillaba sorprendentemente.
La noche era tranquila y calurosa.
Pasearon hasta el parque, el cercano a casa de Emma.
-Y dime Rubén ¿cuántos años tienes?-Intentó sacar tema de conversación Emma.
-Dieciocho-Silencio-¿Tú?
-Dieciséis, mi hermano tiene trece. Un coñazo la verdad…-Risas entre los dos.
-Mi hermana acaba de cumplir tres, y Borja tiene diecinueve-Dijo Rubén quebrándosele la voz en las últimas palabras.
-Marta es un encanto de niña, en serio.
-Si, cuando está tranquila y agotada.-De nuevo algunas risas y un largo silencio.
Los dos estaban sentados en los columpios balanceándose suavemente.
Inesperadamente Rubén habló en voz baja lo que sobresaltó a Emma.
-Emma...
-¿Si?-Dijo girándose para mirarle a la cara.
Rubén estaba muy cerca, cada vez más cerca. Emma tenia las pulsaciones bastante altas y la respiración agitada. Sus labios apenas se separaban, solo escasos centímetros lo hacían.
-¡Eh, eh, eh, eh! Chicos, suavecito que es el primer día-Sonó una voz con pizca de picardía, gracia y malicia. Borja acababa de entrar en el claro del parque. Demasiado silencio para el gusto de Emma.
-Borja-Gruñó Rubén de mal humor.
Emma se acababa de poner roja como un tomate. Silencio muy largo. Borja se acercó a ellos.
-Creo que me voy a ir yendo. Es tarde. Un placer haberte conocido, Borja.-Dijo retrocediendo hacia atrás.
-Eh…te veo mañana ¿no Emma?-Dijo Rubén con una pequeña curva en su boca.
-Sí, claro. ¿A las once va bien?-Rubén asintió con la cabeza-Genial. Buenas noches.
Borja se la quedó mirando seriamente de arriba abajo a medida que se alejaba.

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