-Joder, joder, joder. En buena me has metido.
-¿Quién, yo?
-Si, Rubén, tú.
-Haber, ¿por qué?
-Porque tu lo empezaste-Borja se echó hacia adelante cogiéndose la cabeza con las manos y apoyando los codos en las piernas. Rubén no contestó.
-Buenas tardes somos los señores Munitch.
-Oh, si, sus hijos están en esa sala de ahí, ahora mismo viene el agente responsable.
-Mierda, ya está aquí, y papá también-Borja se empezó a poner nervioso.
-Chicos, Rubén cielo ¿cómo estás? ¿te duele la herida?-Alicia hablaba acelerada, Oscar se acercó y le acarició la cabeza al hijo menor. Borja se quedó aislado, sentado en la silla.
Sus padres siempre habían prestado más atención a Rubén que a Borja, quizás porque era el más estudioso, o el más tímido y callado, o el más responsable, o el más educado, o porque simplemente era el pelotilla de los dos, o porque era el polo opuesto a Borja…fuera como fuera, Rubén era el preferido.
-Tú, en buena te has metido chaval, ¿Sabes lo que te espera ya, no?-Su padre se dio la vuelta bruscamente para dirigirse al primogénito.
-Sí, perfectamente-Borja le contestó tranquilo y serio sin desviar la mirada. El labio inferior le temblaba.
Rubén los observaba sin saber a que se referían. Su madre agachó la cabeza culpable por la situación.
-Buenas tardes señores Munitch-El agente entró por la puerta. Todos se dieron la vuelta por la inesperada entrada del agente. Era el rubio-Síganme a otra sala por favor.
Todos lo hicieron, la madre cogió la mano de Borja, pero este la rechazó lentamente, mirando al frente.
-Borja…
-Déjame, se lo que me espera, fue el trato que pactamos, no lo puedes cambiar a ultima hora con tus estúpidos mimos, mamá-Fue duro, pero claro, su madre lo captó todo a la primera. Siguió a su lado hasta la entrada de la sala.
-Bueno, vamos a ver. Un anónimo contactó con nosotros diciéndonos que había una pelea en el barrio. Por suerte no era grave. Pero hemos tenido que retenerlos aquí para que sus padres, es decir ustedes, lo sepan.
“Mierda de vecino el McClough” Borja estaba serio, de brazos cruzados.
-Bueno ya pueden irse y por favor tomen medidas, que no se repita esta situación.
-No se preocupe y gracias por todo-Oscar hablaba serio, le estrechó la mano y los cuatro salieron por la puerta dejando al agente sentado en el despacho.
Llegaron a casa sin hablar en todo el trayecto.
-Mamá ¿y Marta?-se atrevió a preguntar Rubén.
-Con la abuela. Entrad en casa venga, al salón.
Lo hicieron.
-Rubén, es la primera vez que nos armas cosa semejante. Estás un mes castigado sin salir, ni ordenador, ni videoconsola, nada.
-Pero papá, el curso empieza y todavía hay fiestas…
-¡Basta! No haberte peleado con…tu hermano. A tu cuarto.
Rubén le dio la espalda y subió las escaleras, se oyó un portazo.
-Y tú. Borja, sabes lo que te esperaba. El trato fue: la siguiente pelea o conflicto y te enviábamos a un internado a mejorar tu actitud. No te quiero ver hasta que cambies tu comportamiento-Padre e hijo se miraban a la cara-No creas que esto es fácil para nosotros.
-Oscar, por favor, Borja mejorará, tengo fe en él, por favor no me lo envíes fuera…-Alicia tenía los ojos empapados en lágrimas y poco a poco empezaban a resbalarle por la mejilla
-¡Alicia, no lo entiendes, tu hijo no va a cambiar…!
-¡Nuestro hijo, Oscar, nuestro!
-Vale, ¿vale ya no? Que siempre acabáis discutiendo joder. Me voy y punto, mamá no me voy a quedar. Y tú, papá, tranquilo, no me verás en una buena temporada
-Te doy tres días para que recojas tus cosas-Borja se fue bruscamente subiendo por la puerta. Su madre se quedó allí sentada llorando, Oscar se fue a la cocina a prepararse un café.
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