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Unos fuertes golpes sonaron en la puerta de la habitación de Emma.-Emma, son las doce y media, ¿no crees que ya es hora de ir levantándose para hacer algo en casa?- Yolanda parecía un poco molesta.
-Humm…solo un ratito más por favor…-Genial, ayer se había acostado a las once, pero no logró conciliar el sueño hasta entradas las tres de la madrugada y se había despertado durante la noche al menos tres veces por pesadillas relacionadas con los hermanos.
-¡Vamos he dicho!-Emma no tenía ni idea de lo que habría pasado pero la verdad es que su madre estaba muy enfadada.
Se levantó demasiado rápido, la cabeza le empezó a dar vueltas, pero pronto amainó. Hizo la cama y se puso el primer vestido que pilló, uno azul con florecitas estampadas en tonos más claros y se calzó unas chanclas.
Bajó a la cocina, su madre recogía las cosas muy rápido.
-Buenos días mamá, ¿qué te pasa?
-Tu hermano, me saca de quicio, se que no tienes la culpa y lo siento. Bueno ¿cómo has dormido enana mía?-así era como la llamaba Rubén.
-No muy bien, la verdad.
-Ten tus tostadas y tu café.
-Gracias-Empezó a comer una tostada cuando la madre le preguntó:
-Emma,¿vas a ir esta tarde al lago a ver a Rubén competir? He visto que os habéis hecho muy amigos ¿no?-Asintió con la cabeza, la boca la tenía aún llena-Por si no te acuerdas es a las cinco y media-Volvió a asentir-Tengo que ir a comprarme algo de ropa para el trabajo, por favor,¿te ocupas tú de la compra?-Yoli trabajaba como masajista en un centro comercial, era la jefa de la sección.
-Sí, claro. Me vendrá bien conocer un poco el centro.
-Bien te dejo la lista y el dinero en la nevera, cielo- Le dio un beso en la sien, cogió su bolso-Hasta dentro de dos horas. Ah, Adri se queda contigo-Y se fue.
-Genial. ¡¡Adrián, baja aquí ahora mismo vagoneta!!será morrudo…-No le hizo caso, a estas horas Emma sabía perfectamente que estaría haciendo su queridísimo hermano, la videoconsola. Bajó los plomos.
-¡¡Eh!! ¿¡Emma que has hecho!? ¡NOOO! Que iba por el décimo nivel del Killer in New York.
-Mamá me ha mandado a hacer las compras, y tu no te vas a quedar aquí como un vago mientras me rompo el culo trasladando las bolsas, vamos.
-Joo, sólo un cuarto de hora, por favor- su cara era de reproche, era penoso, lo hacía fatal, pero solo por no tener que aguantarlo con el típico ”quiero coca-cola” valía.
-Vale, un trato. Yo hago la compra si tú haces las camas y recoges un poco la casa, lo justo para que no parezca una pocilga, luego juegas cuanto quieras.
-Mm...Trato hecho-Subió las escaleras a más no poder, pronto ella sintió cómo un somier se movía.
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