viernes, 10 de junio de 2011

Sesenta y uno

-Borja ya quedan dos días. ¿Crees que el director te dejará volver a casa?
-Por la cuenta que me trae…si.
-Eso espero, tu comportamiento ha sido el mejor.
-Aun no entiendo por qué estoy aquí, cómo me han admitido si...mis peleas eran chiquilladas.
-Si, tienes razón...necesitarán dinero.
-¿Y tú?
-Yo…tengo ganas de ver a mi hermana y a mi madre. El Señor Shalom me lo ha prometido, después de todo el tiempo que llevo aquí adentro.
Unos pequeños golpes sonaron en la puerta cuando Hugo paró de hablar.
-¿Quién es?
-Rufo, abridme-Borja le abrió, Rufo entró rápido y cerró tras él.
-Me voy-una sonrisa se dibujó en su cara.
-¿A dónde?
-A mi casa.
-¿Por Navidad?
-Si, y para siempre, no volveré a este antro. Tíos por fin voy a volver a casa con mi familia-Se abrazaron uno primero y luego el otro.
-Enhorabuena, espero estar en contacto contigo, ha sido fenomenal esta temporada.
-Lo mismo digo Borja, Huguito, a ti si que te echaré de menos-Le dio un pequeño golpe en el pecho.
La campana sonó, era la llamada para ir al salón de actos, allí les dirían quienes se marcharían por Navidad, para siempre, o los que se quedarían y no verían a sus familias.
-Vamos, no vaya a ser que el Señor Boots nos castigue.

El salón estaba lleno de alumnos. Tres profesores se alzaban derechos como velas en la tarima, Tina también asistía a la charla. Les saludó con un guiño cuando los tres chicos entraron. Incluso las cocineras y los limpiadores estaban presentes.
 El director empezó a hablar una vez sentado todo el mundo. Empezó a nombrar a la gente del primer grupo, los que se quedarían sin salir de allí. Después el segundo grupo, los que no volverían a ver más el centro Crókelham (en el que se encontraba Rufo) y por último el tercero, los que saldrían por Navidades y los cuales volverían al acabarse las fiestas (allí estaban Hugo y Borja, entre otros).
La charla acabó y los alumnos volvieron a sus respectivos cuartos. El señor Boots fue tras ellos y les mandó a los del segundo y tercer grupo que hiciesen sus maletas.
Hugo y Borja estaban felices.
La radio emitió el temporal de los próximos días. Una Navidad blanca era lo que les esperaba, una Navidad de ensueño y supuesta alegría.
-Borja, no te olvides del collar que le has hecho a…Emma ¿no?
-¡Ah, ostia es verdad! Por pocas me lo olvido-Lo metió en la maleta enrollado en periódico, la dejó abierta. Aun quedaba el día de mañana el cual dedicarían a decorar el centro.
Borja se tumbó boca arriba en la cama, con los brazos tras la cabeza.
“Emma, por fin te volveré a ver”

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