jueves, 2 de junio de 2011

Veinticuatro

Emma se fue por el paseo de siempre, cercano al lago, pero en la dirección opuesta a la habitual. En dirección a casa de los Municht. Al llegar a su destino, Borja estaba cortando el césped de su jardín.
-¡Borja!
-…-No hubo respuesta, no la había oído.
-¡¡¡BORJA!!!
-Uy, hola Emma. No te había oído. ¿Cómo tú por aquí?
-Nada que vine a ver si no te habían pillado ayer y si estabas enfadado-Ella se rió suavemente.
-No tranquila, pude escabullirme bien-Se quitó la camiseta para limpiarse la cara, estaba lleno de hierbitas por culpa de la desbrozadota. Su cuerpo estaba empapado de sudor, pero Emma pudo visualizar perfectamente sus pectorales bien marcados al igual que los abdominales y los bíceps. Los pantalones los tenía a la moda, claro, algo caídos aunque estuviera vestido de faena, los músculos inferiores al ombligo, en la cadera, se le marcaban exageradamente-Bueno, ¿que te cuentas?
-Nada, aquí estoy, paseando a Bruno, como siempre.
-Estás nerviosa Emma.
“Y cómo quieres que no lo esté con semejante cuerpo enfrente”
-Si…ee…verás es que unas amigas que no veo desde la mudanza vienen mañana a comer por esta zona y vamos a vernos, tengo muchas ganas.
-Bueno mujer pero por eso no has de preocuparte.
-Ya…Oye me gustaría presentártelas. ¿Te apetecería pasarte mañana por casa?
-Por mi vale.¿A qué hora?
-Te pego un toque. Es que no se exactamente a que hora más o menos estaré con ellas.
-A vale, cómo veas.
-¡Ah!¿Cómo sigue tu hermano?
-Le dan el alta hoy. Ya viene a casa.
-A genial. Tengo que hablar con él.
-De…
-SHHH. ¡¡Cállate!!
-Vaaale fiera-Borja se rió de la seriedad de Emma.
-Bueno me voy. Hasta luego.
Él la despidió con la mano y se quedó allí con ese cuerpazo viendo como Emma se marchaba con su perro.
***
-Bueno Rubén. Estás perfecto según tus últimas pruebas. Ahora ya puedes irte a casa, pero ten cuidado no hagas esfuerzos bruscos durante dos semanas por lo menos.
-Si, doctor.
-Bueno, ¿señora Munitch le importaría pasar por el mostrador de recepción y cubrir unos papeles mientras su muchacho se prepara para volver a casa?
-Si, claro, si él se las arregla solo…
-No se preocupe, una enfermera estará con él.
Alicia Salió por la puerta delante del doctor Gubeth. Al poco de unos segundos una enfermera joven enfermera de apenas veintiún años, en prácticas supuso Rubén debido a la pinta, entró por la puerta.
-Bueno Rubén, yo soy Sandra. ¿Te ayudo en algo?-Rubén se puso pálido de pronto y se sentó de nuevo en la cama-¿Pasa algo? ¿Qué he dicho?
-Nada, tranquila, creo…ee…creo que ha sido…un pequeño mareo, sí, solo eso.
-Bueno espera, te ayudo.
-No no no no, no te preocupes enserio, puedo solo-Solo su nombre ya le bastaba para repelerla. La enfermera se quedó cerca por si las moscas mientras Rubén se incorporaba de la cama, se acercó al armario y cogió lo esencial para una ducha rápida. Se fue al baño-Puedes irte tranquila, me las apaño solo.
La chica se fue de mala gana.

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